La importancia del narrador oral “artesano de la palabra”, en estos tiempos, es porque brinda la posibilidad de recobrar la escucha de lo esencial y develar la riqueza del bien decir. Es un nómada que haciendo uso de sus capacidades se abre a la voz de cada territorio, para a través de los cuentos devolver la voz de los pueblos, posibilitar el desarrollo de la imaginación y el quehacer creativo. És mensajero e intermediario, un puente direccionado hacia la apertura y el diálogo, que ayuda a activar las memorias que nos acompañan para reflexionar acerca de las diferentes realidades que nos circundan y desde allí poder elegir: el cómo asumirlas o afrontarlas.